
La historia comenzó la semana previa al choque con el Rojo. El presidente de la entidad, Rodolfo Molina, había manifestado que no pensaba en otro resultado que la victoria en el clásico y también que él consideraba que la relación del plantel con Llop no era buena. Más que polémicas declaraciones que le metían presión al entrenador de cara al encuentro. Todos saben lo que ocurrió: derrota por 2 a 0, un equipo que no estuvo a la altura de las circunstancias y la salida del DT.

Desde el punto de vista de los resultados, los mismos no acompañaron al Chocho: 3 presentaciones y 3 caídas, 9 goles en contra y el promedio cada vez más asfixiante. Llop no pudo consolidar al equipo dentro del campo de juego y tampoco encontrar las variantes para mejorar. Ni los refuerzos que tanto pidió, como Castromán y Ramírez, le cambiaron la cara a La Academia.
De parte de los jugadores, nunca mostraron la actitud dentro de la cancha como para hacerle entender al técnico que lo respaldaban. Contrariamente, eran más fuertes las versiones sobre la mala relación con él. Obvio que futbolísticamente tampoco brindaron mucho a lo largo de las primeras fechas.
La dirigencia seguro tenía conocimiento del problema de los jugadores con Llop, por lo cual no se entiende porque no se arregló antes de la pretemporada o durante el verano el tema. Además, se le brindó confianza al DT, se le facilitaron los jugadores que pidió y ahora, a tres fechas de comenzado el campeonato, se le rescindió el contrato y tuvieron que salir a buscar un nuevo entrenador.

Con la decisión tomada, sólo queda esperar y ver si Racing sale de este pozo que parece no tener fondo.
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