
La selección no tuvo ideas para entrarle a la defensa carioca y encima abajo era un mar de dudas. Nadie marcó a Luisao en la jugada del primer gol y tampoco en la jugada del segundo, donde dos jugadores rematan con total libertad en el área.
El nerviosismo se apoderó del conjunto nacional en los minutos restantes de la primera mitad. Lo cual sólo incrementó el escaso peso ofensivo y la nula creatividad para intentar arrimarse al arco defendido por Julio César. Poca aparición de Messi, Verón que intentó guiar al equipo pero no alcanzó y nada más.

El resto éstuvo demás. La entrada de Milito no aportó mucho. Argentina terminó a puro centro a los bajitos, en donde siempre ganaron las figuras de Lucio y Luisao.
A Brasil le alcanzó con aprovechar las ventajas de la defensa rival y luego manejó los tiempos. Y tampoco hay que olvidar la buena actuación del arquero Julio César, quien respondió bien en las situaciones donde fue exigido.

La selección de Diego Maradona sólo dejó preocupación de cara al futuro por el pobre nivel futbolístico en ataque y la floja labor defensiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario